El sábado 6 de diciembre un grupo de nuestra parroquia vivió una peregrinación verdaderamente hermosa, marcada por la profundidad espiritual, el encuentro fraterno y la presencia viva del Señor en medio de nosotros.
La mañana en Fundación Las Rosas estuvo llena de momentos que dejaron huella. Se encontraron con un grupo de jóvenes que acompañaron, más tarde, la Misa con cantos litúrgicos.
Hubo confesiones, donde muchos pudieron reconciliarse con Dios y abrirse nuevamente a su misericordia; y un tiempo de Adoración Eucarística que les permitió detenerse y dejar que Su amor renovara nuestra esperanza.
Uno de los gestos más significativos fue acompañar a los adultos mayores de Fundación Las Rosas, ayudándolos a llegar a la iglesia para participar con ellos en la celebración de la Santa Misa. En sus miradas cansadas, a veces marcadas por la soledad, el abandono o la enfermedad, descubrieron una vez más el rostro de Cristo, que se muestra en quienes más necesitan ser escuchados y acompañados.
Fue una peregrinación emotiva llena de cariño, consuelo y satisfacción. De seguro, cada uno regresó a su casa con un gran recuerdo, con el corazón agradecido y con la certeza de que este Año de la Esperanza dará abundantes frutos.
Mitra algunas imágenes a continuación: