En vísperas de Pentecostés, el viernes 6 de junio, 13 adultos recibieron el sacramento de la Confirmación y cuatro de ellos, además, recibieron por primera vez la Primera Comunión.
La Misa presidida por Monseñor Felipe Bacarreza, obispo emérito de Los Ángeles, destacó por la alegría, la oración y la presencia viva del Espíritu Santo que descendió sobre estos hermanos y hermanas que, con valentía y esperanza, han dicho “sí” al llamado de Dios en sus vidas.
Durante su homilía, Monseñor Bacarreza recordó que la iniciación cristiana no concluye con la Confirmación, sino que es la Eucaristía, porque es el alimento eterno que nos une para siempre a Cristo. “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”, citó el obispo, subrayando el “carácter supremo” de este misterio.
Además, el Obispo alentó a todos los presentes a abrir el corazón y permitir que el Espíritu Santo entre y actúe, pues solo con su luz y su fuerza es posible vivir como auténticos discípulos del Señor.
Nos alegramos con nuestros hermanos confirmados y oramos a nuestra Madre, la Virgen María, para que el fuego del Espíritu Santo los sostenga siempre.
Que puedan vivir la fidelidad, la misión y la esperanza, sabiendo que no caminan solos: somos una familia, unida en Cristo.