En su intención de oración para junio, el Papa León XIV desea que “cada uno de nosotros encuentre consolación en la relación personal con Jesús, y aprenda de su corazón la compasión por el mundo”.
De esa forma, se nos explica que el Corazón de Cristo no es solo un signo de piedad, sino un llamado a transformar nuestra vida interior. Solo desde “una relación íntima con Jesús es posible nacer de nuevo a la esperanza y la compasión. La oración, entonces, se vuelve camino de encuentro, consuelo y envío”, afirmó el Papa León XIV.
Detengámonos y volvamos al Corazón de Jesús para que nos transforme. Recemos por nosotros, por nuestras familias, por el mundo herido y pidamos la gracia de una fe encarnada, que sepa amar como Él: con un corazón que no se cansa de tener compasión.
Señor, hoy vengo a tu tierno Corazón,
a Ti que tienes palabras que encienden el mío,
a Ti que derramas compasión sobre los pequeños y los pobres,
sobre los que sufren y sobre toda miseria humana.
Deseo conocerte más, contemplarte en el Evangelio,
estar contigo y aprender de Ti
y del amor con que te dejaste tocar
por todas las formas de pobreza.
Tú nos mostraste el amor del Padre amándonos sin medida
con tu Corazón divino y humano.
Concede a todos tus hijos la gracia del encuentro contigo.
Cambia, moldea y transforma nuestros planes,
para que sólo te busquemos a Ti en cada circunstancia:
en la oración, en el trabajo, en los encuentros y en nuestra rutina diaria.
Y desde este encuentro, envíanos en misión;
una misión de compasión por un mundo
en el que eres la fuente de donde fluye toda consolación.
Amén.