La segunda peregrinación al Templo jubilar Santuario a María Santísima de Fundación Las Rosas fue una verdadera experiencia de servicio, reconciliación y alegría, que atesoramos en el corazón.
Durante la visita, oramos y realizamos un sencillo pero muy importante servicio: ayudar a los residentes a llegar desde el hogar de ancianos hasta el Templo jubilar, para compartir la oración y las sonrisas como ofrendas al Señor.
Fue una nueva forma de vivir el servicio desde la fragilidad y la escucha sin prisa.
Esta peregrinación fue un signo visible de que la misericordia se vive en lo concreto: en el cuidado, en el caminar juntos, en el dejarse tocar por el amor de Dios.
Somos una comunidad grande en la fe, que camina con alegría y esperanza en el Año Jubilar, para celebrar con gozo y gratitud nuestro 50 aniversario parroquial.