Cada 1 de agosto, la Iglesia recuerda con gratitud a San Alfonso María de Ligorio, un hombre sabio, humilde y profundamente enamorado de la Virgen María.
Patrono de los teólogos morales, confesores y abogados católicos, este santo dejó una huella importante en la espiritualidad cristiana.
Nació en Nápoles en 1696. Entró a los 12 años a la facultad de Derecho y a los 16, obtuvo su doctorado. Sin embargo, quiso entregar su vida a Dios y fue ordenado sacerdote en 1726 a la edad de 30 años. Fue obispo y fundador de la Congregación del Santísimo Redentor.
Su obra "Teología moral" transformó la enseñanza de la moral cristiana al poner el acento en la conciencia, la compasión y la cercanía con el pecador. Por eso fue declarado Doctor de la Iglesia en 1871.
Entre sus obras también destacan “La práctica de amar a Jesucristo”, “La preparación para la muerte”.
Murió a los 90 años, el 1 de agosto de 1787, separado injustamente de la Orden que fundó. Sin embargo, fue rehabilitado después de muerto.
Fue canonizado el 26 de mayo de 1839 por el Papa Gregorio XVI, y declarado Doctor de la Iglesia el 7 de julio de 1871 por el Papa Pío IX.
"Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas,
eleva tus ojos a la Estrella del Mar: ¡invoca a María!"
San Alfonso María de Ligorio también vivió una fuerte devoción a la Virgen María y quería que todos sus hijos acudan a Ella para llegar a su Hijo.
“Las glorias de María” es el nombre de una de las obras donde destaca los distintos nombres con los que se le convoca a la Virgen: María es “Madre”, “Madre de misericordia” e “Inmaculada”.
San Alfonso decía que en María se encuentran la justicia de Dios y su infinita compasión. Por eso la eligió como patrona de su congregación bajo el título de la Inmaculada Concepción.
San Alfonso María de Ligorio nos invita a celebrar con más energía el nombre y la actitud mariana de nuestra comunidad. Camino a los 50 años de historia parroquial, vivamos con profundidad las actitudes de nuestra Madre: que acoge, consuela y guía a Cristo.