La devoción mariana a la Virgen del Carmen nació en el Monte Carmelo, Tierra Santa, luego de un milagro obrado en ese lugar, tras la incesante oración del profeta Elías ante la sequía que vivía el pueblo.
Más tarde, ermitaños se allegaron hasta el lugar para vivir en silencio y oración, floreciendo así el amor a la Virgen bajo el título de Nuestra Señora del Carmen. Con los siglos, esta devoción cruzó mares, idiomas y culturas, hasta llegar a este rincón del sur del mundo.
En nuestro país, esta devoción echó raíces profundas. Desde los primeros misioneros mercedarios en La Tirana, y los agustinos en Concepción, pasando por los días de la independencia, hasta los altares de cada pueblo y ciudad, la hemos ido reconociendo como Reina y Madre de Chile, Patrona y Generala de las Fuerzas Armadas y de Orden, no por imposición, sino por amor.
María ha caminado con la patria y con sus hijos, porque la Virgen del Carmen es ternura que consuela, fuerza que guía y fe que permanece. Celebrémosla este miércoles 16 de julio en la Misa de 10:30, 12:30 y 20:00 horas.
¡Viva la Virgen del Carmen!