En una emotiva Misa de Corpus Christi, el domingo 22 de junio pasado, el Padre Carlos nos invitó a contemplar el misterio de la Eucaristía como un gesto de amor que transforma y renueva el corazón. Nuestro párroco comenzó señalando: «El Evangelio de hoy, hermoso texto de Lucas, comienza con Jesús predicando. ¿Y qué predicaba? El Reino. No el reino de este mundo, sino el Reino de los Cielos. Nos vino a decir que fuimos creados para Dios y que nuestro corazón estará inquieto hasta no descansar en Él. Nos recordó que fuimos hechos para el Paraíso y que Él vino a abrirnos de nuevo las puertas que Adán y Eva cerraron. Vino a decirnos: ‘Todo lo mío es tuyo’. Ese fue su anuncio».
El Padre también nos exhortó a vivir alejándonos del individualismo y abriéndonos a la generosidad, especialmente en la familia: «Qué importante es vivir con los criterios del Reino, dándonos, compartiendo lo que sabemos, lo que tenemos, lo que somos. Primero en la familia y luego con todos aquellos que el Señor pone en nuestro camino».
Sobre la Comunión, compartió una reflexión muy cercana al corazón de quienes, por distintas razones, no pueden comulgar: «Puede que a veces no estemos preparados para comulgar, pero siempre podemos hablar con el Señor, decirle: ‘Hoy no estoy listo, necesito limpiarme primero. Pero te amo. Te recibo espiritualmente. Ayúdame a acercarme’».
Nos dejó también una pregunta que nos llevó a una profunda reflexión: «Él se me regala. Y yo, ¿me regalo también a Él?».
Al término de la Misa, el Padre Carlos invitó a los niños a subir al altar para compartir un momento especial de Adoración al Santísimo. Finalmente, en un ambiente de profunda fe y alegría, la celebración concluyó con una pequeña procesión por el Templo hasta el Sagrario.
Te compartimos lo vivido en las siguientes imágenes, para que revivas con nosotros este hermoso momento de encuentro con el Señor.