Navegando en un mar agitado



Jueves 10 de Febrero, 2022



Meditemos en pareja con las palabras de Javier González, diácono

Te invitamos durante este verano, junto a Javier, a llevar a la vida cotidiana la carta del papa Francisco a los esposos:
 
Continuando con nuestra lectura de la carta a las familias “Año Amoris Laetitia”, el papa nos recuerda que “la vocación al matrimonio es una llamada a conducir un barco incierto —pero seguro por la realidad del sacramento— en un mar a veces agitado.” 
 
A lo largo de la vida son muchas las dificultades que se nos presentan. Algunas de ellas son externas: dificultades económicas, enfermedades, la misma pandemia con los temores y alteración de nuestra vida diaria. También pueden presentarse dificultades internas entre los esposos: diferencias de opinión, desavenencias, momentos que pueden ser poco gratos. A veces, hay rasgos de la personalidad del otro que al principio se manifestaban muy levemente y con los años se profundizan.
 
Una vez un novio me preguntó “¿Es muy difícil la vida de casados?” Me dejó pensando unos momentos, pero, con sinceridad le respondí: “Creo que hay momentos difíciles en la vida para todas las personas y en todas las relaciones, el matrimonio no es la excepción, pero prefiero enfrentar las dificultades de a dos, que solo…”
 
Cuando enfrentamos estos momentos de dificultad, el Señor nos dice, al igual que a los apóstoles en medio de la tormenta: “¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Acaso no tienen fe?” Dice el papa “solo abandonándose en las manos del Señor podrán vivir lo que parece imposible. El camino es reconocer la propia fragilidad y la impotencia que experimentan ante tantas situaciones que los rodean, pero al mismo tiempo tener la certeza de que de ese modo la fuerza de Cristo se manifiesta en su debilidad”.
 
No olvidar nunca que tenemos la gracia del sacramento del Matrimonio que nos asegura que Jesús está presente en nuestra barca y calmará cualquier tormenta que debamos enfrentar.
 
Propuesta para el diálogo matrimonial
 
1. Juntarse en un lugar tranquilo
2. Comenzar poniéndose en presencia del Señor 
3. Después de leer estas líneas, reflexionar
- ¿Cuáles son las principales tormentas que hemos experimentado en nuestra vida matrimonial?
- ¿De qué manera sentimos que el Señor ha calmado esas tormentas?
- A la luz de lo ya vivido, ¿qué lecciones podemos aprender? ¿Qué seguros podemos ponernos para enfrentar de mejor manera tormentas presentes o futuras?
 
Señor, ayúdanos a confiarnos en Ti en los momentos de dificultad matrimonial. 


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