Fiesta que hace referencia al título más sorprendente que puede tener una criatura humana: Madre Dios... Lo cual significa que el Salvador del mundo no solo nació "en" ella, sino "de" ella. El Hijo formado de sus entrañas es el mismísimo Hijo Dios, nacido en la carne.
La doncella de Nazareth, la llena de gracia, al asumir en su vientre al Niño Jesús, la segunda persona de la Trinidad, se convierte en la Madre de Dios, dando todo de sí para su Hijo; vemos pues, que todo en ella apunta a su Hijo Jesús.
Celebremos juntos que Santa María, patrona de nuestra comunidad parroquial, es modelo para todo cristiano que busca día a día alcanzar su santificación. En nuestra Madre Celestial encontramos la guía segura que nos introduce en la vida del Señor Jesús.
¡Alegrémonos, porque la Virgen fue la escogida y aceptó la voluntad de Dios para traer a Jesús al mundo!
Fuente: catholic.net