Las tentaciones, las suplicas del corazón abatido y la misión de sembrador del discípulo de Cristo



Jueves 10 de Marzo, 2022



Segunda reflexión de diacono Samuel Mujica

Continuando con nuestras reflexiones de Cuaresma, en el primer domingo de este tiempo, la Santa Madre Iglesia, nos presentó el Evangelio, según san Lucas 4,1-13, de las tentaciones sufridas por Jesús en el desierto y cómo el Señor las enfrenta y supera. 
 
Él permitió ser tentando, porque es verdadero hombre, y nos quiso enseñar cómo debemos enfrentar las nuestras, las que podemos vencer si estamos unidos siempre a Él y reconocemos, con nuestras oraciones de súplica, que tenemos un corazón abatido por las graves tentaciones que sufrimos, e identificándonos como los discípulos, parte del cuerpo del Cristo Total (san Agustín), superaremos estas tentaciones por la confianza que tenemos de quién es la salvación. 
 
Nuestra fe y entrega a Cristo, nos va a ayudar a evitar las tentaciones: “con demasiada frecuencia prevalecen en nuestra vida la avidez y la soberbia, el deseo de tener, de acumular y de consumir, como muestra la parábola evangélica del hombre necio, que consideraba que su vida era segura y feliz porque había acumulado una gran cosecha en sus graneros”.
 
Para esto debemos cambiar nuestra mentalidad de como enfrentamos nuestras relaciones con las personas y bienes, mirando hacia la humildad evangélica que no es otra cosa que ser otro Cristo, es decir, cultivar un corazón manso y humilde, amar a Dios, escuchar su palabra y ponerla en obras para el bien de nuestro prójimo y así sembrar en ellos semillas de conversión para lograr en Cristo su salvación.
 
La vida cristiana y en especial la cuaresma, nos interpela en la actitud de colaboración, que, “utilizando bien el tiempo presente para sembrar también nosotros obrando el bien, está llamada a sembrar el bien no tenemos que verla como un peso, sino como una gracia con la que el Creador quiere que estemos activamente unidos a su magnanimidad fecunda”.
 
Queridos hermanos y hermanas, considerando lo que hemos reflexionado, cómo parroquia los invitamos a participar en nuestras pastorales para que pongamos en obras nuestra reflexión cuaresmal, y así podamos hacer vida en otros el hermoso mensaje del Evangelio. 
 
Leyendo el Evangelio de san Lucas 4,1-13, el mensaje de cuaresma del Papa Francisco y este texto, reflexionemos sobre lo siguiente:
 
1. ¿Cómo enfrento las tentaciones?
2. En mi propia vida, ¿qué es lo que me impide acercarme a Jesús?
3. ¿Puedo ser un sembrador? ¿Qué me lo puede impedir?


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