Padre Nicolás Achondo: “Lo que mejor puede definir el sacerdocio es ser un testigo de la misericordia de Dios”



Jueves 28 de Abril, 2016



El 20 de abril pasado, el padre Nicolás cumplió 14 años de sacerdocio, una vocación que para Él ha sido una aventura junto al Señor. A continuación, compartimos su testimonio de vida sacerdotal y su llamado a ser una parroquia misionera, acogedora y misericordiosa.

Era el año 1989 cuando el Padre Nicolás se planteó la posibilidad de ser sacerdote. En ese entonces estudiaba ingeniería comercial en la Universidad Diego Portales, y participaba de la Pastoral Juvenil de la Parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes, desde donde ya varios de sus amigos habían entrado al Seminario Pontificio Mayor. “Recuerdo que mi decisión final para ser sacerdote fue cerca del 4 de agosto, fecha en que se celebra la fiesta del Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos y  sacerdotes”, dice el Padre. 

¿Por qué quería ser sacerdote?
Recuerdo que siempre en el colegio (Sagrados Corazones de Manquehue), teníamos la misa el primer viernes de mes y me encantaba estar en el altar y ayudar.  Pero en el colegio nunca pensé en la posibilidad del sacerdocio.  Fue la vida parroquial, la experiencia de una vida pastoral y el contacto con la vida sacerdotal lo que hizo que me planteara la posibilidad.  Y no me arrepiento para nada.

 

¿Qué significa para usted ser sacerdote?
Una aventura junto al Señor. La celebración de los sacramentos, la acogida de las personas que buscan apoyo.  Creo que lo que mejor puede definir el sacerdocio y en especial, en este año de la Misericordia, es ser un testigo de la misericordia de Dios. Testigo de cuanto nos ama Dios.  También me define como sacerdote la tarea de ser un padre y pastor, para ayudar a que todos, se encuentren con el Señor, lo conozcan, lo amen y lo sigan.

El Padre Nicolás llegó  a la parroquia Santa María de Las Condes el 2014 como vicario parroquial, ayudando  al Padre Julio Dutilh. Canónicamente es administrador parroquial de Santa María de Las Condes, que no es lo mismo que ser párroco, aclara: “En la práctica es lo mismo, pero la diferencia está en que el párroco está nombrado por un tiempo definido, 6 años, 8 años, 10 años, etc.  El administrador parroquial no tiene un plazo definido, se le ha encargado esta tarea hasta que se defina su situación.  La que generalmente, es terminar siendo el párroco de la comunidad”.

Su experiencia en este tiempo en nuestra parroquia ha sido muy bonita y se siente muy agradecido de la acogida que ha sentido por parte de la comunidad explica el Padre Nicolás. “Yo llegue aquí para volver a comenzar mi tarea pastoral después de una enfermedad.  Es decir, a terminar de recuperarme, y la comunidad fue muy acogedora y respetuosa de mis ritmos. El ambiente de la casa parroquial, sumado a la acogida de la comunidad me ha ayudado mucho a quererlos mucho”.

La transición para llegar a ser el “párroco” de nuestra comunidad ha sido “la ideal”, dice el Padre: “Llegué como vicario parroquial (ayudante del párroco) donde pude conocer la parroquia, sin mayores responsabilidades administrativas y pastorales. Después, asumir su conducción cuando la gente ya te conoce, es mucho más fácil que llegar sin que nadie te conozca.

¿Cuáles son sus sueños o proyectos  para la parroquia?
El ritmo y la vida de una parroquia de la zona cordillera, es  distinta de las parroquias en que antes estuve (Quinta Normal y Cerro Navia, Colina y Pedro Aguirre Cerda).  Aquí hay poca vida de comunidad.  La gente vive una vida más sacramental, lo que no quiere decir que sea malo.  Creo que tenemos un tesoro en nuestras manos.  Es cosa de ver cuanta gente asiste a misa, cuantos se acercan a recibir el sacramento de la confesión o a pedir consejos de vida espiritual.  Pero creo que debiéramos crecer en la dimensión de salir de nosotros mismos y compartir la fe. En el fondo ser una parroquia misionera, acogedora, misericordiosa, y que transmita la fe.

Una de las preocupaciones del Padre Nicolás, son los niños.  Al respecto, comparte una  reflexión: “Los niños de los colegios que no son explícitamente católicos, ¿dónde reciben sus sacramentos?  Esos niños, prácticamente crecen sin conocer al Señor.  Y muchas veces los papás no los forman en esta dimensión o hacen grandes esfuerzos, pero todos sabemos que si el ambiente escolar no los favorece, es difícil que perseveren en este camino, ¿qué hacer?”.

Sobre los jóvenes, nos invita a ser un lugar de acogida para ellos: “donde puedan conocer y amar más al Señor. Ya tuvimos la experiencia de unas misiones muy bonitas y ahora hemos creado un consejo de pastoral juvenil que tiene muchas ganas y fuerza”.

En su mensaje final a la comunidad, el Padre Nicolás nos invita a vivir intensamente el amor de Dios.  “Aprovechemos este año de la Misericordia para meditar en el gran amor que Dios nos tiene. Estoy seguro que cada uno puede construir su historia desde el amor que hemos experimentado”. Y haciendo eco de las palabras del Papa Francisco nos dice: Soñemos la parroquia y vivamos de la mano del Señor.  No podemos olvidar, que la parroquia está bajo la protección y amparo de la Virgen Santa María, cómo no confiar en Ella.  Porque la Virgen nunca abandona a quien confía en Ella”.



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