Gaudete et Exsultate Capítulo IV: Signos de Santidad en el mundo de hoy

En este cuarto capítulo se presentan "cinco grandes  manifestaciones del amor a Dios y al prójimo que considero de particular importancia, debido a algunos riesgos y límites de la cultura de hoy". 

1) Perseverancia, paciencia y mansedumbre. Estar en el camino hacia la santidad significa soportar “humillaciones diarias,” e.g. “aquellos que callan para salvar a su familia, o evitan hablar bien de sí mismos y prefieren exaltar a otros en lugar de gloriarse, eligen las tareas menos brillantes, e incluso a veces prefieren soportar algo injusto para ofrecerlo al Señor.” Tal actitud “supone un corazón pacificado por Cristo, liberado de esa agresividad que brota de un yo demasiado grande.”

2) Alegría y sentido del humor El santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor. Irradian a los demás con un espíritu positivo y esperanzado, incluso en tiempos difíciles. El mal humor no es signo de santidad.

3) Audacia y fervor La santidad es parresía: es audacia, es empuje evangelizador que deja una marca en este mundo. Los santos nos sorprenden, nos desinstalan, porque sus vidas nos invitan a salir de la mediocridad tranquila y anestesiante.

4) En comunidad La santificación es un camino en el que vivimos y trabajamos en comunidad con otros. Compartir la Palabra y celebrar juntos la Eucaristía nos hace más hermanos y nos va convirtiendo en comunidad santa y misionera.

5) En oración constante En ese silencio es posible discernir, a la luz del Espíritu, los caminos de santidad que el Señor nos propone. Para todo discípulo es indispensable estar con el Maestro, escucharle, aprender de él siempre. La oración de petición tantas veces nos serena el corazón y nos ayuda a seguir luchando con esperanza.